Labial rojo
Ella usa labial rojo,
Camina con confianza desmedida,
En cada paso, cada risa,
Como la sangre que cruza por mi cuerpo,
Su rostro está salpicado por el color,
De espíritu indomable, Símbolo de poder,
Grito de liberación Ella es fuego encendido, Con el trazo de seducción en sus labios,
Arde con pasión,
Es quién es, sin ninguna inhibición
Entre las rosas de su boca,
Se halla su tierna sonrisa,
Dualidad de su mentira,
No aguarda más que una niña
Conocerte
Me gustaría sumergirme en tu mente,
Surcar por tus mares,
Descubrir ideas revolucionarias,
Entre los deseos de tu galería
La contraparte de tu dulzura,
La rudeza de tu esplendor,
Las llagas de tu hablar,
El extrañamiento de tu corazón
Me descubro perdido en tu esencia, Cada mirada es un suspiro en mi ser,
Cada palabra es una melodía intensa,
Cada gesto es conveniencia de creer
Abrir tu presente,
Cada instante vivido,
El tiempo se vuelve cómplice,
En los secretos compartidos al oído,
Me encuentro en el amarte,
Te siento en el sentirme,
Te llevo para que me lleves,
Te tengo para vivirte
Tu ser
Un mar de luces,
En tus ojos veo mi propia verdad,
Le encontramos al querer un hogar,
Suaves formas que cambian mi entender
Cristales de amor carmesí,
Te despiertas y vuelvo a sonreír,
Tu presencia enciende mi ser,
Mi motivo para crecer
Facciones que agitan mi sentir,
Es un recordatorio de la pasión,
Miradas que desbordan el vivir,
Universo nuevo que se creó
Somos dos almas fundidas,
Lazo eterno que desconoce el tiempo,
Encuentro en tu esencia, sin miedo,
Nada más que paz
Eco de recuerdos
Antofagasta me trajo a ti,
Se sentó́ y nos cantaron las olas,
Dejó caer su cálido manto sobre mí,
Fue testigo de cada una de tus sonrisas.
Antofagasta me formó a mí,
Me hizo de barro, de flores, de agua,
Me vió crecer corriendo tras sus estrellas,
Hoy, me deja reposar en ti.
Antofagasta es mi cómplice secreto,
Guarda todas nuestras travesías en sus manos,
Ahora que intentó retratarla con mi mejor color,
Me dice que es la pureza del corazón.
Sombra gris
Te contemplo lejana,
Mientras lees con tus aires de sabiduría,
Te espero en el marco de la puerta,
A punto de pintarte una vez más
No soy capaz de reconocer,
La extraña sombra gris que se cierne ante mí,
Sin labios de color carmesí,
Nada más tu presencia ausente
Aun así, te sigo esperando,
Con la esperanza de tu venir,
De tu esencia colorida que llena el lienzo,
Busco de nuevo tu existir
Cristal
La última vez que te vi,
Tu melena era más corta,
La mesa era más pequeña,
Y aún guardabas tu sentir,
Tal como el vidrio al reventar,
Te sentí explotar,
Tus ojos cristalinos,
Reflejaban tu pesar,
Hoy te veo,
Con cabello de fuego,
Con más que tiempo entre nosotros,
Guardo aún el recuerdo
Tal fue la oportuna casualidad,
Me siento matar,
Mi sangre cristalina,
Refleja mi amar.
Ausencia
Las caricias se tornan heladas,
Tus dedos recorren mi cuerpo,
Mas sin la ternura de tu recuerdo,
Solo quedan las huellas pasadas
Mi espalda anhela tu dulce roce,
Enciende mi piel, pasión ardiente,
Fúndete en mi ser, sin reproche,
Antes de que te vayas al amanecer
El eco melancólico de tu voz,
Resuena con fuerza en mis escritos, Tu esencia vive en cada línea, en cada palabra,
Tu ausencia se convierte en tinta, la añoranza
Aún me ardes, aún te siento,
En cada verso te encuentro,
Presente y latente,
Pasión incandescente,
Tu delicada sonrisa,
El rojo de tu labial,
La rudeza de tu amar,
Tus ojos de cristal
Se fusiona tu recuerdo con el vaivén del mar,
Te pierdo en cada ola que dejo pasar
Las huellas de nuestros pasos caen ante al tiempo, Se me escapa de las manos, sin aliento
Nuestro cuarto lleno de memorias,
Añora tu cítrico aroma,
Las sábanas aún tienen tu forma,
Conservan galerías de historia,
Quiero distinguir,
Fantasma eterno,
En el futuro,
El reencuentro del sentir
La mar
Soy como la mar, eterno vaivén,
Un vivir muriendo, en perpetuo fluir,
Mis aguas se agitan con pasión desbordante,
Me sumerjo en abismos y horizontes del vivir,
Soy como la mar, un espejo de emociones,
Donde danzan disentimientos en sincronía,
Entre luces y sombras navegó sin poder,
A la merced de la voluntad de la profecía
Los días se despliegan en tonos vibrantes, La alegría desbordante me eleva a lo alto,
En la melancolía me sumerjo sin rastro,
Un torbellino eterno, una dualidad que sabe
Cargo con más allá de mi cuerpo,
Coraza fragmentada intenta concebir,
Calma entre la vorágine de sentimientos,
Pero la mar nunca se ha quieta
Tango macabro
En sus brazos, el tiempo se desvanece,
Un abrazo frío en la noche impenetrable,
Mi sangre tiñe la arena,
Cada paso sofoca mi llama
El compás de la libertad corrompida,
Sin coraza que me detenga, Mi respiración no es más que cielo,
Y mis latidos un invento
Silenciosos pasos entrelazados,
Me aguarda el eco del recuerdo,
Con movimientos firmes, no hay tregua, Frente a frente con la marea
Nuestra danza no aguanta más que un suspiro,
Me canta mi efímera existencia al oído,
Mis huellas se las lleva el mar,
Eterno inicio y final
Sanar
Tendré que alejarme un instante,
Para volver a sentirme,
Para escuchar el latir de mis pulmones,
Y volver a nacer,
Las flores de mi jardín respirarán,
Mi cielo se despejará,
Mi té se endulzará al sol,
Y volveré a ser yo
La melodía de mi alma cantará,
Ante las pinceladas del sanar,
Contrapuesta libertad,
Y volver a amar
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